Venimos a esta vida, en buena parte, a recordar quienes somos. Recordar quienes somos en cierta medida pasa por liberarnos de una falsa imagen que “hemos construido” a lo largo de nuestras vidas. Esta falsa imagen consume casi toda la energía que la persona tiene, y ancla el punto de encaje en una posición fija: El tonal (la realidad percibida por los sentidos tal se considera de manera consensuada socialmente). Cuando somos niños el punto de encaje es muy sensible y activo (abierto). Según el niño crece, el punto de encaje queda anclado en las posiciones socialmente “consensuadas” y admitidas sin previa integración: Como percibimos el mundo está estrechamente relacionado a como nos percibimos a nosotros mismos. Miramos el mundo con las lupas que nos hemos adjudicado y llevamos puestas. Si el hecho de considerar el punto de encaje como algo material energetico, supone un “conflicto”, simplemente tómenlo como un símil de lo que es la posición de la conciencia. El primer paso para a